La desaparición de la inclusión de tallas grandes en la moda
El retroceso de la diversidad corporal en las pasarelas y tiendas preocupa a la industria y a los consumidores.
Rebeca Gómez, cofundadora de WeLoverSize, reflexiona sobre cómo la representación de cuerpos diversos en la moda ha disminuido, generando preocupación en un sector que parecía estar avanzando hacia la inclusión.
Durante la última década, la moda había empezado a abrirse a cuerpos de todas las tallas, siendo un escaparate de diversidad y progreso. Sin embargo, un reciente informe de Vogue Business revela un panorama menos alentador en las pasarelas de 2023 y 2024, con una clara disminución en la representación de modelos de tallas grandes y medias. Según los datos, en 2023 solo el 0.6% de los looks exhibidos en las principales capitales de la moda fueron lucidos por personas de talla grande. En 2024, las modelos de talla media, aquellas que oscilan entre las tallas 40 y 44, representaron apenas un 3.7%.
Este retroceso no solo es visible en las cifras, sino también en la actitud de la industria. Mientras que algunos diseñadores como Ester Manas continúan apostando por la inclusión en sus desfiles, otros parecen integrar cuerpos de talla grande solo como una forma de cumplir con las expectativas de diversidad, sin un compromiso real. Esto refleja una tendencia preocupante: la inclusión en la moda sigue siendo vista como una moda pasajera en lugar de un cambio profundo y necesario.
El escenario en Estados Unidos es aún más desolador para las personas de talla grande. Lo que en su día fue un mercado emergente para la moda plus size, hoy se encuentra en crisis. Marcas que antes lideraban la inclusión, como Old Navy, han reducido drásticamente sus opciones de tallas grandes. Este cambio ha dejado a muchos consumidores decepcionados y sintiéndose excluidos.
La situación es agravada por la relegación de las colecciones de tallas grandes a ventas exclusivamente online, privando a los clientes de la experiencia de compra física. Esta tendencia no solo afecta la accesibilidad, sino que también refuerza la idea de que los cuerpos grandes no tienen cabida en los espacios comerciales tradicionales. La sensación de exclusión y la falta de opciones asequibles se hacen cada vez más palpables.
Otra barrera que enfrentan las personas de talla grande es el acceso limitado a la moda sostenible. Aunque el mercado de segunda mano y las iniciativas de moda sostenible están en auge, las tallas grandes siguen siendo prácticamente inexistentes en estas opciones. Esto obliga a muchas personas a recurrir a la moda rápida, como la de Shein, para encontrar ropa asequible y acorde a sus necesidades.
Para Rebeca Gómez y su equipo en WeLoverSize, la inclusión de cuerpos diversos en la moda no es una opción, sino una necesidad urgente. Durante más de una década, han defendido que todos los cuerpos merecen ser celebrados y representados, pero lamentan que la industria haya perdido el rumbo en su camino hacia la inclusión.
Las marcas deben entender que sus consumidoras no solo desean verse representadas en las pasarelas, sino también tener acceso a ropa moderna, sostenible y asequible en su día a día. No basta con cumplir una cuota de diversidad en desfiles o campañas publicitarias; el compromiso debe ser real y continuo.