Matcha: beneficios y mitos de la bebida de moda

En los últimos años, el matcha se ha convertido en un ingrediente estrella en cafeterías y tiendas de productos saludables. Este polvo de color verde intenso, originario de Japón, no solo se usa en bebidas como lattes y batidos, sino también en postres como helados y brownies. Su popularidad se debe, en gran parte, a la creencia de que es un superalimento cargado de antioxidantes, capaz de prevenir enfermedades, mejorar la memoria y reducir el estrés. Pero, ¿realmente cumple con todas estas promesas?

El matcha proviene de la misma planta que otros tés, la Camellia sinensis, pero su proceso de cultivo es único. Las hojas se protegen del sol para aumentar su contenido de aminoácidos y compuestos bioactivos, como la clorofila y la teanina. Una vez cosechadas, se muelen hasta obtener un polvo fino. Esta concentración de nutrientes lo diferencia del té verde tradicional, lo que ha llevado a muchos a considerarlo una opción más potente para la salud.

Aunque se han destacado sus posibles beneficios, como la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas y la mejora de la función cognitiva, los expertos advierten que las investigaciones no son concluyentes. El matcha contiene altos niveles de antioxidantes, que podrían neutralizar los radicales libres y proteger las células. Sin embargo, la mayoría de los estudios se han realizado en animales o con muestras pequeñas de humanos, lo que dificulta sacar conclusiones definitivas.

Uno de los componentes más interesantes del matcha es la L-teanina, un aminoácido que podría mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés. Aunque algunos estudios sugieren que combina bien con la cafeína para ofrecer un efecto energizante más suave que el café, aún faltan investigaciones robustas que respalden estos hallazgos. Además, no todos pueden consumirlo: personas sensibles a la cafeína o con problemas cardíacos deberían evitarlo.

El matcha puede ser un complemento saludable en la dieta, siempre que se consuma con moderación y sin excesos de azúcar o ingredientes poco saludables. Aunque sus beneficios son prometedores, aún queda mucho por investigar para confirmar si realmente es el superalimento que muchos creen.