Claves de la "dieta de la felicidad" según un experto de Harvard

El profesor de la Universidad de Harvard, Arthur C. Brooks, plantea que la manera en que nos alimentamos activa áreas cerebrales relacionadas con el placer, convirtiendo la comida en una fuente de alegría. Según Brooks, más allá de las dietas populares que promueven la salud física y la longevidad, como la mediterránea, la MIND o la Okinawa, es crucial considerar qué tipo de alimentación nos proporciona verdadera felicidad.

Brooks resalta que la felicidad no se reduce solo a la satisfacción física o a una buena salud cardiovascular, sino que abarca aspectos más subjetivos. En su artículo para The Atlantic, destacó la importancia de compartir comidas con otras personas y crear recuerdos en torno a estas experiencias, lo cual contribuye significativamente al bienestar.

Un estudio citado por Brooks indica que los alimentos activan áreas cerebrales vinculadas con el placer, pero este solo se transforma en felicidad cuando se añaden otros factores, como la sociabilidad y la memoria. Por ello, comer en compañía y disfrutar de la experiencia es esencial para obtener un verdadero bienestar emocional.

Además, Brooks ha identificado tres elementos esenciales en lo que él llama los "macronutrientes de la felicidad": el disfrute, la satisfacción y el propósito. Estos actúan como los "proteínas, carbohidratos y grasas" del bienestar emocional. Muchas personas, según el experto, carecen de estos elementos en su "dieta emocional", lo que las aleja de un estado de felicidad plena.

Recomendaciones para una alimentación feliz

Basado en diversas investigaciones, Brooks propone una serie de hábitos para lo que denomina la "dieta de la felicidad suprema". Entre sus recomendaciones principales se encuentran:

• Seguir una dieta saludable y equilibrada, rica en proteínas y grasas saludables, como la dieta mediterránea, que incluye aceite de oliva, moderación en el consumo de carbohidratos y alcohol.
• Evitar la comida chatarra y los dulces refinados, los cuales afectan negativamente el estado de ánimo y la salud en general.
• Mantener horarios regulares de comida, evitando comer apresuradamente o picotear durante todo el día.
• Consumir alcohol con moderación, disfrutándolo con las comidas en lugar de hacerlo en exceso.
• Evitar la obesidad, pero sin caer en dietas extremas que puedan generar estrés o malnutrición.

El valor de las comidas en familia

Uno de los puntos clave que Brooks subraya es el impacto positivo de compartir las comidas en familia. Diversas investigaciones indican que sentarse a la mesa con seres queridos mejora tanto la salud física como mental. Esto se traduce en vínculos familiares más sólidos, mayor autoestima y una mejor capacidad para enfrentar adversidades. También se ha demostrado que compartir comidas en familia reduce el riesgo de depresión, conductas violentas y problemas de adicciones.

En general, el profesor Arthur C. Brooks destaca que una dieta no solo debe enfocarse en la salud física, sino también en cómo nos hace sentir. La clave para una "dieta de la felicidad" radica en disfrutar de los alimentos, en compañía de otros y creando momentos memorables. Al combinar hábitos alimenticios saludables con interacciones sociales, podemos mejorar no solo nuestra salud física, sino también nuestra satisfacción emocional y bienestar general.