La lana merina se cataloga como una tendencia sostenible

En climas fríos, pocos placeres se comparan con envolverse en un suéter de lana merina y unos calcetines a juego. Sin embargo, al ser un producto de origen animal, es esencial abordar con cautela la compra de prendas de este material, ya que las ovejas merinas pagan un alto precio por nuestra comodidad.

La lana merina, proveniente de ovejas merinas criadas en diversas regiones, es una fibra natural fina y de alta calidad. España, Portugal, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y América del Sur son lugares prominentes de producción.

Las propiedades funcionales de esta fibra son notables: suavidad, elasticidad, capacidad aislante y resistencia a olores desagradables. Además, la lana merina es ignífuga, no genera cargas electrostáticas y se adapta perfectamente al cuerpo.

Al ser un producto natural y renovable, la ropa de este material posee beneficios adicionales como protección solar natural y biodegradabilidad. 

Para los consumidores conscientes, existe el Estándar de Lana Responsable (RWS), un sello global que certifica la lana merina de origen sostenible y humano. Este estándar garantiza el bienestar animal y altos estándares de producción, desde la granja hasta el producto final.

En tanto, esta lana ofrece no solo confort y estilo, sino que también nos brinda la posibilidad de preservar el medio ambiente y apostar por el bienestar animal.