Comprende y maneja la ansiedad por el atardecer
Algunas personas experimentan ansiedad cuando cae el sol, ¿cómo pueden aliviar esta sensación?
Ver una puesta de sol suele ser una experiencia visualmente cautivadora, pero para algunas personas, la transición del día a la noche despierta emociones complejas y hasta incómodas. Esta “ansiedad por el atardecer” es un fenómeno que han expresado numerosos usuarios en redes sociales, quienes describen un aumento de la preocupación, e incluso de sensaciones de vacío, arrepentimiento y angustia, al caer el día.
Para muchos, el atardecer no representa un momento de calma o de gratitud, sino una mezcla de emociones como temor y melancolía, que algunos asocian a la pérdida de tiempo y a una falta de control. La “ansiedad anticipatoria”, es decir, la tendencia a preocuparse por el futuro desde el presente, también puede influir en esta respuesta emocional. Al acercarse el fin del día, muchas personas tienden a recordar lo que no lograron, lo cual acentúa su sensación de angustia. “Al terminar la jornada, recordamos todo lo que quedó pendiente”, explica Israa Nasir, terapeuta y autora de Productividad tóxica: recupera tu tiempo y energía emocional en un mundo que siempre exige más.
¿Qué causa la ansiedad por el atardecer?
La ansiedad al atardecer no está oficialmente reconocida en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), pero esto no significa que el fenómeno sea imaginario. Según la psicóloga Debra Kissen, PhD, aunque cada experiencia de ansiedad es particular, el hecho de que muchas personas sientan esta incomodidad al atardecer muestra que se trata de una reacción emocional real.
Algunos estudios sugieren que las personas que ya tienden a la ansiedad, o que han sido diagnosticadas con un trastorno de ansiedad, son más propensas a experimentar estas sensaciones en las horas cercanas a la noche. Una investigación de 1986 señaló que, en quienes padecen ansiedad, los síntomas suelen intensificarse al final de la tarde y durante la noche. Además, los ritmos biológicos también podrían influir: las personas con hábitos nocturnos suelen experimentar mayor inquietud en el anochecer, en comparación con las personas “matutinas”.
La clave para reducir esta ansiedad es identificar qué provoca estas emociones en cada persona. Si el sentimiento de malestar está relacionado con la falta de actividad, contacto humano o tiempo al aire libre, programar una actividad placentera y reconfortante al final del día puede marcar una gran diferencia. Ejercicios de respiración, meditación o un simple paseo al aire libre pueden ser de gran ayuda.
También es útil practicar la atención plena durante el día para prevenir la acumulación de estrés. La terapeuta Dra. Limon-Rocha sugiere dedicar al menos 30 segundos a conectarse con el propio presente y realizar ejercicios de respiración profunda, lo que ayuda a disminuir el estado de alerta y a “descomprimir” la carga emocional acumulada.
Aunque la ansiedad por el atardecer no sea un diagnóstico oficial, reconocer que otras personas comparten estas experiencias puede brindar alivio. Conectar con otros o compartir sentimientos similares puede ser un primer paso hacia una mejor comprensión de esta inquietud. La psicóloga Kissen destaca que saber que no estamos solos es ya un alivio en sí mismo y recuerda que cada experiencia de ansiedad, aunque universal, es a la vez profundamente personal.