Cinco lecciones de liderazgo de Mary Kay
Mary Kay Cosmetics inició con un capital de 5,000 dólares y la fórmula de una crema para la piel, en un pequeño local de Dallas.
Después de vivir la desigualdad laboral por la brecha de género, en 1963 Mary Kathlyn Wagner emprendió un modelo de negocios que empodera a las mujeres, construyendo así una de las compañías de belleza más importantes a nivel global.
Mary Kay Cosmetics inició con un capital de 5,000 dólares y la fórmula de una crema para la piel, en un pequeño local de Dallas. “A menudo he dicho que hacemos algo mucho más importante que solo vender maquillaje, estamos cambiando vidas”, señalaba la empresaria.
“Aprendiendo de los mejores” de Francisco Alcaide, destaca cinco lecciones de liderazgo que permitieron a este ícono de la belleza crear oportunidades laborales para las mujeres y además hacerlas creer en ellas mismas:
- Elogiar a la gente. Cultivar la confianza de las personas que están a tu alrededor hace que crean en ellas mismas, lo que hará que se atrevan, desafíen límites, venzan sus miedos y sigan adelante.
- Escuchar. Para ser un gran líder es necesario escuchar a la gente, ello ayuda a que el talento se sienta parte de la compañía, permitiendo que tengan más claridad sobre la situación.
- Definir una meta. “Toda persona exitosa se enfrenta a muchos problemas, estos se convierten en escaleras por las cuales las personas ascienden para lograr sus objetivos”, decía Mary Kay. Para ella era importante aprovechar las dificultades para crecer y llegar a ser mejores personas.
- No ser negativa. “El entusiasmo es el poder que motiva el éxito. La persona que es entusiasta ejercita una influencia magnética sobre aquellos que están en contacto con ella”, aseguraba la empresaria.
- Buscar la igualdad. La regla de oro para Mary Kay era “trata a los demás como quieres que te traten”. De manera que, su organización siempre ha buscado que a todos se les trate con justicia, honestidad e integridad.
Se sabe que hasta el día de la muerte de la emprendedora, la compañía generaba ingresos por dos billones de dólares al año. Hoy, su nieto Ryan Rogers es el actual CEO de Mary Kay Cosmetics.